Noé


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El último de los diez patriarcas antediluvianos, y héroe del diluvio. Era hijo de Lamec, quien tenía 182 (Pentateuco samaritano, 53; LXX, 188) años de edad cuando nació Noé (Gn. 5.28–29; Lc. 3.36).

a. Nombre

La etimología de este nombre es incierta, aunque muchos comentaristas lo relacionan con la raíz, ‘descansar’. En Génesis (5.29) se lo asocia con el verbo traducido "aliviar" y "consolar", con el que quizás se relaciona etimológicamente; aunque esto no es necesariamente indispensable según el texto. El elemento aparece en nombres personales amorreos y en el nombre Nahmizuli que figura en un fragmento hurrita de la épica de Gilgamés descubierto en Bogazkoy, la capital hitita en Asia Menor. La LXX registra la forma Noµe, como en español.

b. Vida y carácter

Noé fue hombre justo (Gn. 6.9, s\addéÆq), cuya justicia fue producto de su fe (He. 11.7, heµ kata pistin dikaiosyneµ, literalmente "la justicia conforme a la fe"), y disfrutó de íntima comunión con Dios, como lo indica la expresión "caminó con Dios" (Gn. 6.9). También se lo describe como sin falta entre sus contemporáneos (Gn. 6.9; "perfecto en sus generaciones"), los que habían descendido a un nivel moral muy bajo (Gn. 6.1–5, 11–13; Mt. 24.37–38; Lc. 17.26–27), y a ellos les pregonó justicia (2 P. 2.5), aunque sin éxito, como lo demostraron los acontecimientos subsiguientes. Lo mismo que los otros patriarcas primitivos, Noé fue bendecido con largura de años. Tenía 500 años de edad cuando nació su primer hijo (Gn. 5.32), 600 cuando sobrevino el diluvio (Gn. 7.11), y falleció a la edad de 950 años (Gn. 9.28–29). Según la interpretación más aceptable de Gn. 6.3, juntamente con 1 P. 3.20, cuando Noé tenía 480 años de edad Dios le informó que iba a destruir al hombre de sobre la faz de la tierra, pero que daría un tiempo de gracia de 120 años, durante el cual Noé debía contruir un arca, en el que habría de salvar a su familia más cercana, y a una selección representativa de animales (Gn. 6.13–22). Fue durante este lapso, probablemente, que Noé se dedicó a predicar, pero no hubo arrepentimiento, y llegó el diluvio, que destruyó a todos excepto a Noé, sus tres hijos y las cuatro esposas (Gn. 7.7; 1 P. 3.20).

Después del diluvio Noé, quien probablemente había sido granjero hasta ese momento, plantó una viña (Gn. 9.20; "y Noé, el labrador, comenzó y plantó una viña …", es la traducción que debe preferirse) y, embriagándose, se comportó de forma indecente en su tienda. Cam, al ver a su padre desnudo, informó a sus dos hermanos, quienes lo cubrieron, pero es probable que Canaán, el hijo de Cam, hizo algo que se consideraba irrespetuoso a su abuelo, porque Noé, al despertar, lo maldijo (Gn. 9.20–27).

c. El pacto de Dios con Noé

El pacto que se menciona en Gn. 6.18 podría interpretarse como salvación para Noé a condición de que construyese el arca y posteriormente la ocupase, condiciones que fueron cumplidas por él (versículo 22). Por otra parte, podría ser que este pasaje se refiera simplemente al pacto que Dios estableció con Noé después del diluvio, y que selló confiriendo un nuevo significado al arco iris (Gn. 9.9–17; cf. Is. 54.9). Las aspectos principales de este pacto son que fue instituido enteramente por Dios, que tenía alcance universal, pues era aplicable no solamente a Noé y su simiente después de él, sino a todo ser viviente, que era incondicional, y que era para siempre. En este pacto Dios dispuso, por su propia y libre benevolencia, nunca más destruir toda carne por medio de un diluvio.

d. Descendientes

Noé tuvo tres hijos, Sem, Cam, y Jafet (Gn. 5.32; 9.18–19; 10.1), que nacieron antes del diluvio, y lo acompañaron en el arca. Se nos dice que después del diluvio, partiendo de ellos "fue llena toda la tierra)" (Gn. 9.19), o "se propagaron [los hombres] por toda la tierra". Sus descendientes se desparramaron por una amplia zona, y en la tabla de las naciones de Gn. 10 se da cuenta de algunos de ellos.

e. Paralelos cuneiformes

En los relatos del diluvio que han sido conservados en acádico el nombre del héroe es Utana-pistim, que corresponde al nombre Ziusuddu en un relato sum. de comienzos del 2º milenio a.C., que probablemente haya servido de base para las versiones acádicas. Aunque en la versión principal de la lista de reyes sumerios solamente se nombran ocho gobernantes antes del diluvio, a los cuales no pertenece Ziusuddu, otros textos mencionan diez gobernantes, de los cuales el décimo es Ziusuddu, a quien se le atribuye un reinado de 36.000 años. Lo mismo se encuentra en un relato más reciente en griego escrito por el sacerdote babilonicp Beroso, cuyo héroe diluviano, Jisutros, es el décimo de sus gobernantes prediluvianos.