Mujer de Tiatira en Lidia, que en Filipos fue la primera persona de origen europeo que se convirtió por la predicación de Pablo, a quien dio hospitalidad, junto con Silas y Lucas (Hch. 16.14–15, 40).
Evidentemente era una mujer de alcurnia (Hch. 17.4, 12); estaba al frente de su hogar, y por consiguiente era viuda o soltera. La púrpura o tinte de Lidia, a cuyo comercio se dedicaba, era un producto renombrado. Era prosélita judía, y oraba y hacía abluciones a la orilla del río en el día de reposo; su relación con la fe judía probablemente se remontaba a la colonia en Tiatira. Para la iglesia cristiana que se estableció allí, Ap. 1.11; 2.18–29.
Lidia puede estar incluida en la referencia de Pablo en Fil. 4.3, pero como no se la menciona por nombre, es posible que hubiese muerto o abandonado la ciudad. Su hospitalidad se hizo tradicional en la iglesia allí (Fil. 1.5; 4.10).